Bufffff, ya está, ya pasó, lo logré jaja. ¡Madre mía! ¡Qué felicidad! Me ha costado unos días decidirme a escribir esta crónica, yo creo que todavía ando en una media nube, pero no me gustaría que se me olvidara nada de lo que creo debo recordar.
Son las 2:00 de la mañana y suena el despertador, ¡vamos! Desayuno como puedo, hago un repaso general de todo lo que había dejado preparado, me visto y taxi hasta la estación de guaguas. En la propia estación y de camino a Fuencaliente se respira un ambiente tranquilo pero con muchos aires de nerviosismo. Me fijo por la ventana y veo que el viento aprieta, eso me anima ya que se esperaba mucho calor y el viento puede ayudar a soportarlo.
A las 4:30 llegamos a Fuencaliente, buscamos un sitio protegido del viento y tomo mi último alimento antes de la carrera. Me fuerzo a ir al baño y con paciencia consigo soltar los rehenes que me sobraban jeje. Parece una tontería pero eso me alegra mucho ya que te puede jorobar una carrera.
6:30 y, con puntualidad inglesa, ¡salida! Miro hacia arriba y veo a Kilian que sale como un disparo, parece increíble, pero al encontrarnos en pendiente lo pude ver perfectamente, ayudado por la tremenda salida que hizo. Damos la vuelta al faro a un trote ligero que ayuda a calentar, cogemos el camino hacia Los Canarios y nos encontramos con el embotellamiento que ya me esperaba. Siguiendo recomendaciones y mi propio instinto no me salgo del camino, voy con tranquilidad y aprovecho para flipar con las vistas del faro, la línea de luces,... En cuanto se abre el camino miro a un lado y ahí se encontraba Olaf, ¡qué alegría! Empezamos a rodar juntos y, en principio, íbamos con la misma filosofía, quedaban muchos kilómetros y había que guardar. De todas formas Olaf iba muy fuerte y yo no pensaba que acabáramos juntos.
Llegada a Los Canarios, ¡alucinante! Mira que me habían dicho, hablado, había leído,... pero aún así es indescriptible. Todo un pueblo tirado en la calle y recibiéndote como un héroe. Mirabas hacia adelante y nada más veías gente apartándose para que pasaras, como cualquier subida del Tour de Francia. Primer avituallamiento y todavía con la sonrisa en la boca. En todos los avituallamientos me había propuesto pararme a llenar con tranquilidad los botes y beber con calma.
Seguimos la marcha, ya amaneciendo y empezando a disfrutar del magnífico paisaje que se nos abría a medida que avanzábamos. Los de la media maratón nos iban pasando como una exhalación y nosotros a nuestro ritmito.
Otro gran avituallamiento fue el Refugio del Pilar. Por un lado es el primer avituallamiento sólido, lo cual se agradece bastante después de 27 kms, también es la llegada de la carrera "corta" y, por ello, está lleno de gente animando, es una llegada muy bonita. Olaf y yo coincidimos que hacer la carrera de 27 kilómetros vale muchísimo la pena, los paisajes hasta llegar al Refugio son una pasada y la llegada, como he dicho, es muy muy bonita.
Salimos del Refugio y venía una pista con un falso llano que nos resultó muy cómoda para ir trotando y soltando los músculos. Yo había aprovechado en el Refugio para quitarme los tenis y limpiarme bien la arenilla, por lo que iba muy fresquito y trotar me apetecía mucho, así que le mandamos un largo rato. Realmente todo este tramo, hasta la última subida al Roque, se me pasó volando. Íbamos muy cómodos, hablando a ratos, mirando paisajes y a un ritmo muy llevadero, lo suficientemente rápido para no aburrirnos pero a una velocidad cómoda para no cansarnos demasiado.
Unos 2 kilómetros antes del Roque yo ya empecé a sentir el cansancio, aunque todavía tenía fuerzas y saber que el avituallamiento del Roque de Los Muchachos estaba ahí fue suficiente para tirar sin problemas. En el Roque te encuentras con unas tiendas de campaña enormes en plan militar, con un montón de bebida, comida y ¡¡¡¡MACARRONES!!!! jaja, casi lloro, jajaja, me senté, me quité los tenis de nuevo, me limpié, me refresqué, me puse el plato de macarrones y ¡aupa! un antes y un después. Es una maravilla cuando el cuerpo te pide algo y se lo puedes dar.
Después del Roque ya venía unos 20 kms de bajada. Aunque Olaf se quedó en el Roque un poquito más para ponerse hielo en las piernas y yo salí para no enfriarme al final volvimos a encontrarnos. Como dije yo salí antes, pero tiré muy despacio, ¡qué narices! si hasta aquí habíamos venido juntos como para separarnos ahora. Aunque si alguno de los dos hubiera ido muy bien no creo que al otro le hubiera importado que fuese a su ritmo.
Total, que ya la bajada, a partir de la mitad empezó a pesar mucho. Prácticamente en ningún momento dejamos de trotar (a estas alturas ya no corríamos) y de adelantar gente. En todo este tramo era muy raro ver a gente trotando, casi todo el mundo iba caminando. Los últimos 3-4 kms antes de llegar a Tazacorte es una bajada mortal, muy técnica, muy muy en pendiente. Con las patas frescas debe ser una gozada, pero a esas alturas, con tantos kms a nuestras espaldas y con el calor que pegaba, no quedaba nada fresco.
Una vez en Tazacorte nos tuvimos que quitar las ganas de darnos un baño en la playa, ¡joder! ¡ fuerte tentación ! Enfocamos la última subida, sacamos el móvil y llamada a mi mujer para decirle que en breve llegaba, buffff, los pelos de punta. Llamada a Darío para gastarle una broma ¡sí, hasta para bromear todavía había ganas! Pues nada, adelante. Ni se imaginan la tristeza que es encontrarse a esas alturas, a escasos 3 kms de meta, a dos personas que no podían seguir. No sé que habrá pasado con ellos porque nos pidieron que siguiéramos, pero espero que hayan podido llegar.
Realmente, a mitad de subida, yo me encontraba muy bien, por euforia supongo. Total que apreté un poquito, me apetecía entrar trotando al menos y dar lo último que me quedaba. Cuando ya encaré la avenida de Los Llanos empecé a adelantar a gente, pero bueno, no trotaba por adelantar, un puesto más o menos me daba igual, realmente lo que quería era entrar a lo grande, bueno, a lo grande para mi jaja. En un momento giro la avenida hacia la izquierda y mi mirada se tropieza con el arco de meta a lo lejos, una multitud de gente gritando, animando, dándote la mano, palmadas,.... empiezo a buscar con la mirada y veo a pocos metros de meta a mi mujer con la niña, ¡qué emoción! Besos, abrazos. Me hubiera encantado entrar con la enana en meta pero la vi con una cara de asustada por el ruido y la gente que decidí no hacerlo, ya habrá otros momentos y no hay que hacerla sufrir gratuitamente jeje. Total, arco de meta, ya es mío, y, justo antes de entrar, miro a mi derecha y veo a Olaf con su familia, amigo lo hemos conseguido, lo dejo con su familia, estiro la cara con una sonrisa que no cabía en la plaza y paso por meta, 13 h 42 mts.
Lo conseguí, y no sólo logré cruzar la meta, también disfruté muchísimo. Fue un placer el haber podido correr con Olaf prácticamente toda la carrera y fue un logro realizarla como me la había planteado.
Me daba mucho miedo emocionarme al principio y saber dosificar bien las fuerzas, pero supe hacerlo. Creo que comí y me hidraté muy bien. Realmente si fuera a hacer la carrera de nuevo mañana creo que la haría exactamente igual en lo que a planteamiento se refiere.
Evidentemente es mi primera ultra, he subido un escalón y subir cuesta. Ahora toca mejorar, seguir sumando kilómetros e ir cumpliendo objetivos. Es momento de empezar a trabajar esta distancia para ir bajando tiempos y seguir disfrutando.
El próximo objetivo está ahí, el 23 de Junio el Gran Trail de Peñalara, en la modalidad de 80 km. Es un perfil parecido a la Transvulcania en kms y desnivel. Voy en buena compañía, vamos a ver como se da. De nuevo mi objetivo es terminar y disfrutar, todo lo que venga después bienvenido será.
grande Eduardo muy grande!!!!
ResponderEliminarENHORABUENA!!!!!!
ResponderEliminarEnviada sana...
Como estaba el tiempo, me he quedado flipando....que la gente llegara.
FELICIDADES....
¡Sublime amigo!
ResponderEliminarNarración impecable. La he leído con la piel de gallina casi desde el principio.
Al igual que para ti yo también debuté en un ultra en esta Transvulcania 2012 y... idénticas sensaciones amigo! A ratos he pensado que leía algo escrito por mi mismo :-))
Mucha suerte en Peñalara. No conozco la carrera pero si todos los sitios por los que transita y son fantásticos.
Ojalá no haga excesivo calor. El año pasado hubo una ola de calor ese finde y fue un suplicio para tod@s l@s corredores/as por lo que me contaron gente de mi Club que la corrió.
Saludo.
Alberto Álvarez
Gracias Alberto.
ResponderEliminarAhora dándole duro para Peñalara, con ganas de hacer una carrera fuera de Tenerife y disfrutar de otros paisajes.
Ya mandaré una crónica cuando llegue.
Saludos