Hace poco compré el nº 5 de la revista Triatlón. Todavía no he leído toda la revista pero debo decir que el editorial me ha encantado, estoy de acuerdo con él y me siento muy identificado.
Normalmente, en las carreras, me gusta mucho ponerme a observar a la gente, ver las equipaciones, todo el material. Es alucinante ver a corredores de cualquier edad y de cualquier nivel equipados de arriba a abajo con lo mejor de lo mejor. Quizás donde más me he dado cuenta es en las bicicletas que uno ve en las competiciones de triatlón, ¡alucinante! Vale la pena darse un paseo por la zona de boxes, te puedes encontrar cacharros totalmente alucinantes a unos precios desorbitados.
En absoluto esto es una crítica. Pienso que este tipo de deportes de tanta exigencia y distancia han conseguido atraer a un público que ha superado los treinta años y se encuentra en una situación laboral, al menos, normal. Al final esto se convierte en nuestro hobby y ¿en qué te vas a gastar el dinero? Lo que si es cierto es que, a veces, hace mucha gracia ver a gente muy muy popular montada en la BH Aero que lleva Eneko Llanos.
Lo que tengo claro es que prefiero llevar un equipo que va por encima de mis posibilidades a llevar un equipo que me frene de cara a alcanzar mis objetivos. Que no llegue a mi meta porque no he entrenado lo suficiente no porque las zapatillas me hacen daño, la camisa me roza, etcc.
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