Bueno, ya me he registrado en blogger, he realizado un diseño a mi gusto (aunque le faltan mil cosas) y ya estoy listo para introducir mi primera entrada en el blog. BUFFFFF, ahora es cuando viene la pregunta ¿para qué narices quiero yo un blog? Jajaja, ¡qué gracia!
Estoy seguro que entre mucha de la gente conocida, cuando se entere de la existencia de este blog, habrá quien piense “a este ya se le fue la olla del todo”, gente como mi hermana me dirán que soy un friki, aunque le acabará preguntando a mi cuñado que voy poniendo, habrá quien pase,… vamos habrá de todo.
Realmente los motivos que me han llevado a escribir en este medio distan mucho de tener nada que ver con la opinión de nadie. Me ha apetecido y ya está, no hay que darle tantas vueltas a la cabeza.
En este último año mi vida ha cambiado bastante de rumbo. Entre otras cosas he sido padre y eso marca bastante, siempre para bien. El concepto de familia cambia radicalmente, pasas de ser parte de una familia a ser la cabeza (una de las dos cabezas) de tu propia familia.
Otro de los aspectos de mi vida que ha cambiado radicalmente es el deporte o, al menos, la forma que tengo de ver el deporte ahora. La verdad que yo siempre he estado ligado al deporte, haciendo skate y surf desde bastante joven y kitesurf que practico desde hace ya unos cuantos años hasta ahora. Los deportes de equipo nunca han sido santo de mi devoción, nunca me gustó depender de nadie para conseguir algo, en eso soy bastante individualista. Lo que no hubiera creído nunca es que algún día fuera a practicar deportes como los que ahora practico (dejando al margen el kitesurf que sigue siendo para mi una gran afición).
Me remonto al fin de año 2009-2010 cuando Willy (el compi de mi derecha) me convenció para ir a correr la San Silvestre Lagunera. Digo “me convenció” porque la verdad es que, para mi, correr no era, en absoluto, nada llamativo, más bien era algo bastante aburrido. Pero bueno, me apetecía acabar el año de esa forma, haciendo algo de deporte. La verdad que para mi era un mundo, ¡correr 5,4 km! Bufff, total, me puse a entrenar una semanita y, la verdad, me lo pasé genial. Objetivo conseguido y como propósito para el siguiente año hacerlo mucho mejor.
Llegamos a fin de año 2010-2011 y realmente había entrenado algo más (2 semanas jeje), pero mira, con la misma ropa y los mismos tenis que el año pasado, algo más motivado y con ganas de hacer menos tiempo, me lanzo a dar las dos vueltas y, mira por donde, me encuentro bien, el ambiente me encanta y al llegar a meta, de verdad, me sentí como si hubiera ganado la maratón de Nueva York.
El cúmulo de grandes sensaciones que viví en aquellos momentos fueron indescriptibles, hacía muchísimo tiempo que no lo pasaba tan bien. Podría compararlo con la primera ola que pude surfear durante un buen rato, o cuando me salía una maniobra con el monopatín que llevaba intentando días o semanas o meses. Es el logro de haber conseguido algo que te ha costado un gran esfuerzo (para mi entrenar dos semanas era ya un gran esfuerzo).
En resumidas cuentas, quería volver a repetir aquello, quería que no acabara, quería volver a entrar en meta de nuevo, quería superarme.
En ese momento empezó una época de absorción y búsqueda de información. Mirar carreras, distancias, planes de entrenamiento, comida, estirar,…. Para ello usé mucho la búsqueda por internet, mirando páginas, blogs, preguntando en foros. Y mientras tanto, día tras día, intentaba correr un poco.
Y llegó un día que me animé a apuntarme a una carrera de montaña, por probar. Ocurre que eran 27 km, con un gran desnivel, pero bueno, lo importante es llegar y si es caminando no pasa nada, hay que intentarlo. Después de 4 horas y 14 minutos crucé meta, ¡madre mía! Cúmulo de sensaciones. Por un lado ¡había hecho 27 km! Por otro lado ¡eran de montaña! Y de verdad, aluciné. Poder correr por esos caminos, viendo esos paisajes en los que muchas veces te encuentras solo, esa lucha contra la distancia, el cansancio y uno mismo me dejó trastornado. Después de esto, para mi, el asfalto y dar vueltas por un circuito había terminado. Quería montaña, nada más que montaña. Y ahí empecé a apuntarme a todo lo que podía y me sentía capaz.
Entre carrera y carrera me propuso, otro amiguete, hacer una travesía a nado de 1000 m en el Puerto de La Cruz. Bueno, metidos en fregados ¡qué más da otro caldero!, pues ahí fuimos y, de nuevo, lo pasé genial. Nunca había nadado en mar abierto tanta distancia y sufrí la incomodidad de las olas, patadas y manotazos por doquier (algunas daría yo jaja), no saber bien hacia donde ir entre tanta gente y no poder ver las boyas de referencia, vamos, todo lo que tiene una travesía. Pero, llegar a meta, de nuevo fue una experiencia alucinante, eso y la cervecita que me tomé luego con mi mujer y mi cuñada.
Bueno, ya corremos en asfalto, en montaña y hago travesías a nado, ya que después de esa vinieron algunas más.
¿Qué falta? Exacto, me compré la bici, una BH Prisma maravillosa. Al menos para mi era, y sigue siendo, maravillosa. Nunca había tenido bici de carreras y me había quedado en las bicis que tenían los cambios en el cuadro y nunca me subí en una bici de carbono. Imaginen cuando me explicaron que los cambios estaban en las manetas, cuando me subí con mis pedales automáticos, cuando la fueron regulando,… Imaginen lo que sentí cuando al estrenarla y a unos 200 m de mi casa se va a incorporar un coche, freno y la velocidad acompañada de una gran torpeza en sacar mi bota del pedal hacen que me vaya al suelo a 0 km/h. El orgullo herido, juro en arameo, me vuelvo a subir en la bici, sigo pedaleando con un gran dolor y vuelta a casa. Lo peor es oir las risas de todos acompañadas de un “si eso nos pasa a todos”, “yo la primera vez me fui al suelo 5 veces”,… Peña, esas cosas se avisan.
11 sept 2011 |
Bueno, para ser mi primera entrada es algo largo, no sé si alguien llegará hasta aquí. Prometo acortar las próximas.
Cierto es que iré poniendo lo que me apetezca y considere interesante para la gente que esté interesada en lo mismo que yo, es decir, carreras de montaña y en general, travesías, triatlón y muchas cosas más.
Mi próximo GRAN reto es la Transvulcania, 12 de Mayo de 2012, La Palma, 83,3 kilómetros y un desnivel acumulado de 8525 metros.
Desde hoy a esa fecha tengo otros pequeños retos (al lado de ese) que les iré comentando en otras entradas.
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