Suena el despertador a las 6:00, me levanto como un tiro, compota de fruta, reviso el material que había dejado listo la noche anterior, saco al perro, me visto, besito a las chicas, recojo a Rubén cerca de su casa y llegamos a la Plaza del Cristo.
Fuerte ambientazo en la plaza !!! Encuentro a la peña de Vida Trail, saludos, nervios, risas,... en general muy buen royo y ganas de comenzar.
Realmente ese avituallamiento fue un antes y un después, hice una subida con cabeza, tranquilo y, sin sufrir mucho, llegué a Chinamada. Una vez pasado ese infierno no todo fue un jardín de rosas, ya mis piernas se mostraban doloridas y me costaba mucho mantener un ritmo constante. Mi cabeza ya sabía que llegar iba a llegar, mis piernas eran las que dictaban cuanto iba a tardar.
Cruz del Carmen, bajada, alguna cuesta más, un último achuchón, una curva y meta. Una sensación indescriptible la entrada por meta después de 6 horas y 38 minutos en los que se me pasó de todo por la cabeza. Un ambientazo en esa plaza alucinante, te llegas a sentir muy grande pasando por el arco de meta.
Como lección lo tengo claro, más paciencia. Son carreras largas, la carrera pone a cada uno en su sitio, hay que dosificar, guardar energía, ahorrar,... ya habrá tiempo de sacar la artillería. Esto no me vuelve a ocurrir.
En fin, muy contento, es mi primera carrera de tanta distancia, 44 kilómetros, se dice pronto y se tarda algo más en hacerla.
Muy contento con este último mes de entrenamiento, gracias a Darío que es un crack de entrenador y felicidades a toda la peña de Vida Trail que son un equipazo y así lo han demostrado, mucho máquina suelto en esa peña.
Ahora toca descansar un poco y empezar a pensar en próximos retos, en mejorar, en seguir adelante.
Enhorabuena. Después de un maratón llegar a la meta es lo mejor, una sensación que increible. Animo para las próximas carreras!
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