lunes, 12 de diciembre de 2011

K42 Anaga: Buffff.

Suena el despertador a las 6:00, me levanto como un tiro, compota de fruta, reviso el material que había dejado listo la noche anterior, saco al perro, me visto, besito a las chicas, recojo a Rubén cerca de su casa y llegamos a la Plaza del Cristo. 

Fuerte ambientazo en la plaza !!! Encuentro a la peña de Vida Trail, saludos, nervios, risas,... en general muy buen royo y ganas de comenzar.

Arco de salida, pistoletazo y "palante" que queda un trecho. Primeras sensaciones muy buenas, me encuentro bien, el descenso del ritmo de entrenamiento en la última semana parece que ha dado sus frutos. Salgo ligero (más de lo que debiera) y empiezo a adelantar gente tranquilamente. Esto empezó a pasarme factura al acabar la pista de Los Dornajos (km 21) e inciar el descenso hacia Punta del Hidalgo. Es una bajada larga y algo técnica que se me hizo enterna. Fue el primer momento en el que me vi pensando en llamar a Rebeca, decirle que me trajera un bañador, vernos en la playa de la Punta, bañito, ropa seca y unos buenos calamares jaja. Todo esto porque después de esta bajada, en la que estaba sufriendo tanto, sabía que venía la subida a Chinamada. Pensando pensando llegué al avituallamiento de La Punta, casi sin darme cuenta rellené bidones, me largué medio sandwich, un gel y me vi en medio de la subida sin pensarlo, ya no había marcha atrás, ¡a darlo todo!

Realmente ese avituallamiento fue un antes y un después, hice una subida con cabeza, tranquilo y, sin sufrir mucho, llegué a Chinamada. Una vez pasado ese infierno no todo fue un jardín de rosas, ya mis piernas se mostraban doloridas y me costaba mucho mantener un ritmo constante. Mi cabeza ya sabía que llegar iba a llegar, mis piernas eran las que dictaban cuanto iba a tardar.

Cruz del Carmen, bajada, alguna cuesta más, un último achuchón, una curva y meta. Una sensación indescriptible la entrada por meta después de 6 horas y 38 minutos en los que se me pasó de todo por la cabeza. Un ambientazo en esa plaza alucinante, te llegas a sentir muy grande pasando por el arco de meta.

Como lección lo tengo claro, más paciencia. Son carreras largas, la carrera pone a cada uno en su sitio, hay que dosificar, guardar energía, ahorrar,... ya habrá tiempo de sacar la artillería. Esto no me vuelve a ocurrir.

En fin, muy contento, es mi primera carrera de tanta distancia, 44 kilómetros, se dice pronto y se tarda algo más en hacerla.

Muy contento con este último mes de entrenamiento, gracias a Darío que es un crack de entrenador y felicidades a toda la peña de Vida Trail que son un equipazo y así lo han demostrado, mucho máquina suelto en esa peña.

Ahora toca descansar un poco y empezar a pensar en próximos retos, en mejorar, en seguir adelante.

1 comentario:

  1. Enhorabuena. Después de un maratón llegar a la meta es lo mejor, una sensación que increible. Animo para las próximas carreras!

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