
Cuando no era vegano no me preocupaba mucho si estaba tomando suficientes proteínas, hidratos, aminoácidos, etc. Tenía asumido que si comía carne, huevos, leche de vaca, un plato de pasta, algo de fruta, algún yogourt, etc a lo largo de la semana pues todo estaba ahí. Es verdad que previo a una prueba procuraba tomar más hidratos y carne previo a la prueba, pero nada más.
Una vez he tomado esta decisión en mi vida he empezado a informarme, como nunca lo había hecho, sobre la mejor alimentación y los mejores alimentos que debía tomar. La cantidad, los momentos del día, previos a un entreno duro o una carrera y, lo que nunca, después de las mismas (este punto se nos olvida mucho y es muy importante para una pronta recuperación). Eso si ha conseguido que mejore muchísimo mi rendimiento (a parte del entrenamiento, evidentemente).
El cuerpo es un motor y lo que le echamos es la gasolina. Si la "gasofa" es buena y tiene un buen octanaje el motor irá cada vez mejor.

No lo había dicho, pero mi decisión de hacerme vegano ha sido tomada por un respeto mayúsculo a la vida animal.
Interesante entrada que comparto.
ResponderEliminarUn saludo amigo ;)
Me alegra que te haya gustado.
EliminarSaludos.